lunes, 20 de mayo de 2013

Es tarde y estoy triste y el brillo de la luna no me hace sentir mejor y con cada ola que rompe vuelve aquella vieja sensación. Aquella que creí haber olvidado. Es tarde y estoy cansada y tu recuerdo no me hace sentir mejor y con cada vela que enciendo aumenta mi temor. A que se apaguen. Porque es tarde y estoy triste y estoy cansada pero no quiero cerrar los ojos porque no quiero sentir que hubiera sido mejor no despertarme.
Pero fue aquella tarde de verano, cuando él me dijo sígueme, y le seguí sin dudar. Mirando para atrás, realmente no creo que dijera nada, ni siquiera un susurro. Pero yo quería escucharle, quería escucharle tanto que escuché palabras que nunca dijo. Quería ir detrás y debí haber sabido que una vez diera ese paso no habría vuelta atrás. Y a día de hoy, sigue sin haberla. Porque fue aquella tarde de verano cuando supe que estaba tan inmersa en sus ojos que ya estaba perdida. No había salvación. Fue ahí caundo supe que caía, que aterrizaría de una manera tan espantosamente fuerte que me sería imposible ser la misma después. Y eso hice. Y aún recuerdo que me faltaba el aire, aún recuerdo que sentí tanto miedo que dejé de sentir algo en absoluto y justo cuando me viene a la memoria el dolor, recuerdo que fue un dolor tan exquisito que me pregunté que tenía de malo que me matara, poco a poco. Tan poco a poco que hoy me sigue matando.
Es tarde y estoy triste y el olor a lluvia no logra borrar el tuyo. Es tarde y estoy cansada y sentir que vuelves no me ayuda en absoluto.
Pero fue aquel estrepitoso momento en el que sentí que moría que supe que hasta entonces, había estado viva. Sangraba porque estaba viva. Y muchas veces estos meses he dudado de mi existencia. No como persona que duerme y camina y se alimenta, si no como persona que piensa y siente. Pero entonces me da de lleno que tu existes y has existido en mi, y si existes yo también tengo que hacerlo porque quién es tu ego sin mi, y quién soy yo sin ti. Porque fue aquel estrepitoso momento en el que entendí que para que quiero vivir si ya estoy muerta. No me recuerdes lo que es vivir si ya estoy muerta. No quiero vivir para morir de nuevo. No tengo fuerzas.
Es tarde y quiero recoger mis cosas y marcharme lejos, quiero tener una vida lejos, quiero una vida que esté lejos de escuchar el latido de mi corazón y sentir que duele estar sobreviviendo.
Recuérdame que tiene de malo. Es un dolor tan exquisito que no quiero pararlo. Qué tendrá de malo. Tan poco a poco que hoy me sigue matando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario